¿A quien le importa la ópera?

La ópera puede cambiar de dos maneras—cómo se crea y quién participa en su creación.
El primer tipo de cambio es familiar. La ópera ama la innovación tanto como la tradición, y siempre se ha adaptado a las nuevas tecnologías. Gluck y Wagner fueron revolucionarios en su día: ahora son pilares de la convención. Con las nuevas herramientas digitales, desde las redes sociales a la Realidad Virtual, la cuestión no es si se puede, sino cómo. Las tres óperas exploratorias que se presentan aquí fueron creadas conjuntamente utilizando tecnología digital innovadora de diferentes maneras, pero siempre con el propósito de crear e interpretar ópera juntos.
‘Los viejos revolucionarios de la música nunca mueren, solo se asimilan a las instituciones dominantes’
El segundo cambio es más profundo y más difícil. Se trata de abrir la ópera a todo el mundo—o al menos a cualquiera que pueda estar interesado en participar. En las últimas décadas, las compañías de ópera han hecho mucho por facilitar el acceso a la ópera: precios reducidos, lenguaje familiar y otras medidas de acceso han contribuido a atraer a nuevos públicos.
Ahora es el momento de atraer a nuevos creadores.
A través de la co-creación—la colaboración de artistas profesionales y no profesionales—la ópera descubre nuevas ideas, nuevas historias, nuevos intérpretes y, al final, nuevos defensores. Al abrir de par en par las puertas del estudio de ensayo y del taller, así como las del auditorio, los teatros de ópera pueden transformar su oferta al público y, con ella, su relación con la sociedad.
Y lo mejor de todo es que la co-creación puede ser tan artísticamente emocionante y socialmente transformadora como lo ha sido siempre la ópera. Sus producciones son diferentes de las creadas exclusivamente por profesionales, pero aspiran a unos niveles de excelencia igual de elevados.
No hay nada indigno en la co-creación, nada aburrido—a menos que lo estés haciendo mal.
La ópera siempre ha tenido un espíritu revolucionario. La co-creación puede ayudar a que prospere hoy en día, mientras que las nuevas tecnologías pueden fomentar la innovación y la inclusión.