El futuro de la ópera es inclusivo
¿A quien le importa la ópera?
La cultura prospera cuando la gente se preocupa por ella. Les importa porque la cultura les entusiasma, les intriga, les inspira y les conmueve. La cultura les habla.
¿Sigue siendo así con la ópera? A algunos les encanta la ópera, pero muchos no le dan importancia. Sus historias, su estilo y su lenguaje les parecen anticuados y lejanos; quizás les parece cara y poco acogedora. La ópera sigue siendo una piedra angular de la cultura europea, pero es fácil pasar de largo sin echarle un vistazo. Esto no tiene por qué ser así.
La ópera—el teatro cantado—no ha dejado de cambiar desde que se inventó.
De hecho, la invención es su esencia—nuevos instrumentos y orquestas, nuevas historias y estéticas, nuevas maquinarias del espectáculo. La ópera siempre ha estado a la vanguardia de la creación, aunque a veces lo olvide en su cómoda madurez.
La Europa de hoy reconoce su creciente diversidad histórica. Sus gentes no viven ni trabajan como sus abuelos—ni piensan como sus padres. La tecnología digital es su segunda naturaleza, y crean y comparten historias en una nueva cultura.
La ópera puede hablarles, debe hablarles, y eso significa cambiar también, redescubrir el espíritu de invención que da vida al arte. Entonces, la ópera podrá interesar a todo el mundo.